jueves, 22 de enero de 2015

Los Bluuuups, pulpos de chicle de fresa ( tarea)


Los Bluuuups, pulpos de chicle de fresa

Cada casa tiene sus propios parásitos, y existe uno que nadie ha podido ver casi nunca. De día duerme dentro de las bombillas y cuando todos se acuestan, salen a recorrer los techos y paredes con su cuerpo flexible de cefalópodo rosa. Ellos son los responsables de los inexplicables cuadros torcidos, del crujir de los muebles, de que la cesta de la ropa sucia esté revuelta, ya que buscan prendas interiores húmedas para darse un festín, o de que la bombilla donde duermen se funda con asiduidad, ya que no son amigos de la claridad, pero se protegen de ella con antifaces de alas de polillas. Suelen ser de naturaleza noble, aunque algunos son muy traviesos y les gusta dar collejas a las mascotas caseras o tirarles de las orejas. Los gatos son sus peores enemigos, ya que ambos son noctámbulos, y cuando coinciden en una misma habitación, se pegan al techo como un fino papel de fumar. Los hay muy sentimentales y les cogen tal cariño a la familia de la casa, que de noche les dan besitos en los pies, o alargan sus tentáculos de chicle y mecen las cunas de los bebés desvelados. También buscan objetos perdidos para ayudar, e incluso saben escribir y anotan productos que faltan en la lista de la compra.
Se alimentan de fluidos humanos, así que cuando ven a un durmiente con la boca abierta, introducen la punta de un tentáculo y roban un poco de saliva. Lo que más les gusta es el verano, ya que las gotas de sudor, ricas en sal, les aporta suficiente libido para la única cópula anual. Estas perlas saladas son tentaciones irrefrenables, y acarician la frente y cuerpo de los durmientes, rebañando despacito y llevándoselas a la boca redonda en forma de dónut, retorciendo de placer la fina capa membranosa que tienen por cabeza, idéntica a una pompa de chicle. Algunos de los miembros de la familia creen que les está picando un mosquito y se dan palmadas o se rascan allí donde pasó el tentáculo, y entonces  Los Bluuuups se ríen para adentro, ya que de todos es sabido que tienen muy buen sentido del humor.
Cuando llega la luna nueva del mes de Agosto,  bajan de sus redondeadas camas y se reúnen por cientos en las farolas de las calles. Copulan toda la noche dentro de las bombillas y por la mañana amanecen las aceras llenas de manchitas negras, con la forma exacta de un chicle pisado. Los humanos que caminan por encima de sus huevos, transportan en sus zapatos a los nuevos parásitos que convivirán en armonía en la misma casa familiar.
Cuando les llega la hora de morir, se esconden en un rincón y empiezan a encogerse hasta que sólo queda de ellos una bolita del tamaño de un chicle masticado con un pálido color. Yo por si acaso, todos los chicles que recojo en casa cuando retiro un mueble, los meto en una cajita de cerillas y los entierro en el jardín, todos juntitos, no sin antes rociarlos de perfume con olor a fresas.

Luciérnagacuriosa, Enero 2015

viernes, 9 de enero de 2015

Los años de la ballena en la Fundación Caballero Bonald

Y la ballena prosigue su andadura...
 
El próximo jueves día 15 de enero a las 20.00 h. presentaremos la novela Los años de la ballena en la Fundación Caballero Bonald en Jerez de la Frontera.
 
Juan Luís Sánchez Villanueva, historiador, desgranará anécdotas y curiosidades de la novela a través de su recorrido por Jerez y otros lugares cercanos.
 
Se ofrecerá una copa de Jerez por cortesía de las Bodegas González Byass.
 
Colaborará la librería Luna Nueva.
 
 
 
¿Te vas a perder tan buen ratito? ¿A que no?
 
 
 Si no sabes llegar, pincha en el cartel:
 
https://www.google.es/maps/place/Fundaci%C3%B3n+Caballero+Bonald/@36.680687,-6.136734,15z/data=!4m2!3m1!1s0x0:0xbecc7cfe34f9e874?sa=X&ei=9iWwVM6dHsz6UJCphPgO&sqi=2&ved=0CHIQ_BIwDQ